sábado, 16 de mayo de 2015

Feliz Día de la familia

Este viernes fue el día de la familia en la guardería. Hicimos una pequeña "merienda" de media mañana. La organizó una madre que tiene dos niños y de paso hizo promoción de unas jabones que hace como artesana.
Peque con sus 20 meses, mide 92 cm y pesa 15,600kg. Demasiado para su edad, me dijo el pediatra que había que bajar de peso.
Pero en la guardería le dan chocolatinas, gusanitos y demás chucherías para tener tranquilo y embobado mientras ve los dibujos. Ya hablé con ellas, ya lo dejé apuntado por varias veces en la agenda pero le siguen dando cosas a mis espaldas. ¿Cómo lo sé? Porque ahora que Peque habla, me lo dice.
Pues en la fiesta del día de la familia. Ya había comido un montón: sandwichs, galletas, chocolate, gusanitos, aceitunas, bizcocho, y demás. Y ya estaba los niños jugando cuando el mío volvió a la mesa para seguir comiendo, lo distraje y volvió al parque con los demás. Pero cuando estaban recogiendo volvió a por más comida. Y ¿no va la profesora-dueña (tiene una niña de dos años) de la guardería a ponerle cuatro platos llenos de comida en el banco?
-Hay que acabar esto -Dice mientras pone un plato de gusanitos, otro de galletas saladas, otro aceitunas y otro de pelotazos. Estaban llenos, no es que quedasen tres o cuatro de cada, no. Estaban los platos tan llenos que al moverlos de la mesa al banco casi se desbordan.
-Las aceitunas son muy saladas para ellos.-Le dije. Las quitó.-¡Venga, mami, un día es un día!-Me dice.
En cuanto se dió la vuelta. Le cogí las galletas de chocolate y las metí en el envase con las demás. Me comí todos los pelotazo y la mitad de los gusanitos mientras Peque comía como si se fuera a acabar el mundo.

Quedé de pelotazos hasta la coronilla.

*La otra profe es más cautelosa. Cuando hay cumples, siempre trata de distraerlo y que vaya a jugar mientras los otras pellizcan la comida. O le va detrás cuando hay chocolate de por medio para que vaya despacio.

domingo, 10 de mayo de 2015

Gracias por no invitarme a tu boda

Me reúno con mis amigas de instituto, como mínimo una vez al mes. Habíamos perdido el contacto, pero desde hacia cinco años, empezamos a quedar en intervalos largos de seis meses y después fueron bajando. Y a veces incluso quedamos hasta tres veces al mes todas juntas. Las cuatro, con nuestras parejas, nuestros hijos y algunas con barriga de embarazada.

Hace cuatro años nos casamos, y no teníamos la misma relación que hoy. E invité a mis amigas con sus respectivas parejas a que me acompañanse en ese momento tan importante, invitándolas a venir a la Iglesia (éramos 29 invitados, con nosotros). Vino, y otra, embarazada, acompañada por su madre. La cuarta amiga no apareció, después me dijeron que se había ido a la playa.

Al mes, las invité a casa a cenar para enseñarles las fotos. Me dijeron que iban a venir las dos primeras y que la tercera, no iba a venir. Llegaron las dos primeras y la tercera las seguía sin contar con ella, sin avisar, ni nada. (Menos mal que siempre hago comida demás).

Durante un año, fuimos quedando las dos primeras y yo una vez al mes, y esta tercera amiga sólo la vi en dos ocasiones en todo el año. Fuimos aumentado las veces en que nos veíamos. Casi una vez a la semana, nos juntábamos las tres, la cuarta chica apenas aparecía. Durante mi embarazo, quedé muchas veces con las dos primeras chicas, a veces juntas, otras por separado. Llegó Peque y mis dos amigas vinieron hasta dos veces, por separado a ver a Peque y a mí los siete días que nos tuvieron ingresados y separados. Ellas vinieron al funeral de mi abuela. Y a pesar de que las cuatro tenemos un grupo de whatsapp, ella apenas habla, ni le interesa quedar las cuatro juntas, prefiere quedar por separado con las otras dos.

Una vez que Peque había nacido, quedamos. E invité a estas dos amigas al bautizo (27 invitados con nosotros). Después de mucho pensármelo, ya se nos salía de presupuesto y ya que la tercera "amiga" no mostraba interés ninguno por pasearse por mi vida, pues no le dije nada, tampoco no la había visto.

Después hubo una boda de una de las dos amigas (la que no estaba embarazada, que hoy si lo está y me lo alegro un montón por ella, sale de cuentas en unos días). Nos pusieron en la misma mesa, y nos lo pasamos bien. Todo fue genial.

A los pocos meses, la tercera amiga nos dijo que se casaba. (¡Por fin! Eran los que más tiempo llevaban de todas las parejas). Nos logramos un montón por ellos. Y ella me dijo que no sabía que iba a hacer con el tema de los niños pues no tenía niños en su familia. Le dije que malosería que entre la hija de nuestra amiga y Peque no solucionásemos y se contentó. Después me comentó que ya tenían casi todo, la Iglesia, el vestido, el restaurante,... que le faltaban las invitaciones y que seríamos unos 150 invitados. Todo esto fue a unos ocho meses de la boda.

A los pocos meses, los invité al primer cumple de Peque. Que aceptaron encantados, la misma mañana del cumple, me envía un whatsapp, rozando el mediodía, diciendo que se iban a la playa.

Habíamos quedado varias veces más pero que nos juntamos con ella, también, sólo una vez. Esperé y esperé pero no me dijo nada de la invitación, ni nada por el estilo. A menos de un mes de la boda, me envió un whatsapp que no me invitaba porque no éramos amigas que se encontraba bien conmigo pero que teníamos relación porque las otras dos amigas, que era una boda íntima (de 150 invitados) y porque yo no la invité ni a la boda ni al bautizo. (Y una de mis amigas me dijo que cuando quedó con ella que casi la tuvo que obligar a que hablase conmigo diciéndome que no estaba invitada)

Y así me quedé... Me sentía tan furiosa, tan amargada, tan triste, tan vengativa, tan apartada, tan insultada, tan confusa, tan aislada...

Pero mis otras dos amigas me apoyaron, escribiendo en el grupo whatsapp que era una buena amiga y que no hacía falta encontrarse en un evento para demostrarlo.

Pues hoy, día 9 de Mayo, ha sido la boda. Le he estado dando vueltas todo el día, esperando que me enviasen fotos mis dos amigas de ellas mismas y de la hija de una de ellas (aún sigo esperando...) Y he abierto facebook y he sido bombardeado con fotos de la boda en mi muro.

Pero aunque todavía me duela. Debo darle las gracias, a veces sarcásticamente y otras haciéndole una peineta.

Porque gracias a la no-invitación. No gastamos dinero, ni en el regalo de boda, ni en los preparativos (ropa, calzado, peluquería), ni tuvimos dolores de cabeza. Y Papá ha podido ir a dar un curso, ganar dinero (es una miseria pero es algo), cotizar otro día y alargar el paro otro día más.

Y aunque aún tengas ganas de llorar de la impotencia por haberme "sacado" del grupo. Te doy la gracias por hacerme ahorrar dinero y aunque poco, hemos ganado.

PD: Normalemente releo mis entrada para rectificar las faltas de ortografía y demás pero me perdonaréis que no me apetezca releer esta.

Gracias por leerme, es muy importante para mí.