viernes, 29 de agosto de 2014

¡COÑO, ERES SUBNORMAL!

Estábamos tan tranquilos en la terraza de casa de mi abuela: unos cuantos familiares, Peque jugando en el suelo y yo. Cuando del piso de enfrente nos llegaron estas palabritas:
-¡COÑO, ERES SUBNORMAL! -Voz de hombre. El receptor se encontraba junto a él y dijo algo lo suficientemente en alto para que lo escuchase la persona que estaba delante de él pero no a gritos para que lo escuchásemos los que estábamos en otra casa. Se trataba de un niño y no se vió afectado por tal grito.

A mí, como adulta, me grita eso una persona cercana y me echaría a llorar, no sólo por el grito sino por el contenido de las palabras.

Entiendo que un padre, una madre, un profesor, un abuelo, un vecino,... quien sea. Este cansado, agobiado, alterado y furioso por cosas externas a su hogar pero ¿qué consigues gritando e insultando a tus hijos? ¿Te has quedado aliviado?

PD: Hace un tiempo os hablé de un caso parecido en que una madre le gritaba a su hijo, y me venía el sonido a la ventana de mi casa. Pues os diré que no es la misma casa porque en este caso el sonido es bastante imposible que se desvíe hasta mi ventana.

lunes, 25 de agosto de 2014

¿Soy una impertinente?

En Whatsapp tenemos un grupo los dos padrinos de Peque, Papá y yo. (Son los que llevan desde marzo sin verlo aún viviendo a 30km de nuestra casa. Pero están muy ocupados. Pero ¡bueno! Ya paso del tema porque me enfado y es tontería.)

-Yo: El 31 tenéis ¿estáis libres?
-Madrina: Por la mañana estamos ocupados pero por la tarde no.
-Y: ¡Perfecto! Por la tarde tenéis el cumple de vuestro ahijado.
-Y: ¿Os venís los cuatro?
-M: Guay
-M: Vale
(Pensé: no debió leer lo de venir los cuatro porque se lo enviaría cuando respondía)
-Y: ¿Os apunto a los cuatro?
 (No hubo respuesta hasta dos horas después pero no quise volver a preguntarlo para no ser pesada. Mientras tanto Papá me dice en privado que era una impertinente por preguntárselo dos veces que iba a crear enemistad. Me enfadé con él, se lo expliqué alterada y no volvió a decir nada más sobre ello.)

¿Soy una borde? ¿Soy una impertinente?
Pues está claro que mi intención no lo era, pero ahora ya sé que hacer al hacer estas preguntas en las que los lectores ponen el tono extremo al que trata de poner el receptor, un "guiño", un monigote sonriendo o guiñando un ojo. Y ya se da entender de que se va de buen rollito.