domingo, 1 de noviembre de 2015

Mi bolso

Tengo un bolso-mochila. Estoy mala de las cervicales y necesito llevar el peso repartido, y a veces es mucho peso.

Donde llevo un neceser con dos pañales, toallitas, arnidol, boli de picaduras de plantas y animales, (antes llevaba un chupete), toallitas de cara y manos.
Un paquete de galletas de frutas del bosque. Una bolsa de fruta. Una mandarina. Un chupa chups sin azúcar. Una botella de agua.
La cartera. Mis gafas de sol graduadas. Las gafas de sol del niño.
Un paquete de pañuelos.
De barras de labios de distinto color.
Dos compresas, dos salva-slip, y dos tampones.
Una ambulancia y un coche.
Y el móvil

Eso es lo típico que llevo en el bolso, a veces va su tablet de juguete, y una chaqueta.
Es una mochila muy bien adaptada.

Pues ayer fuimos al cine, mi marido y yo. Y como íbamos con prisa no cambié el bolso-mochila-de mamá, por un bolso de pareja. Pues me obligaron a dejar el bolso en una taquilla porque no se permite entrar con mochilas al cine. Me negaba a dejarlo y pedí que llamaran al encargado que me acabó convenciendo, de forma asertiva, a dejar el bolso en la taquillas o sino me iba a casa con el dinero de las entradas devuelto. Y para una noche que los abuelos cuidaban al peque y llevábamos desde hacía tres meses sin salir de noche, pues acabé dejando la mochila en la taquilla.

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