domingo, 5 de abril de 2015

Feliz cumpleaños, a mí

Ayer fue mi cumpleaños. Y fue como un día cualquier, a pesar de sábado. Levantarse, desayunar, hacer las tareas de casa, ir a dar una vuelta con peque, volver a casa y jugar con él, hacer la comida, comer los dos solos, siesta, jugar con él, y por la noche, salimos Papá y yo a cenar e ir al cine mientras Peque se quedaba con mis padres.

Diréis qué suerte, ¡menudo planazo!

Mis otros cumpleaños nunca fueron así... Si caía un día de semana, el sábado hacíamos una gran fiesta, gran comida con tarta en casa de la abuela con toda la familia cantándome el cumpleaños feliz. Después, a la noche repetíamos con los amigos, una cena con super tarta, la casa abarrotada de personas contentas y felices por estar todos juntos. Velas y canciones. Y el día del cumpleaños un no para de llamadas, tarta con velas en casa, los regalos es lo de menos, pero también había. Era un día especial, y como tiene que ser, la cumpleañera se sentía especial.

Pero este sábado fue muy triste, cinco personas me felicitaron por whatsapp, tres en persona (Papá, y mis dos padres). Y se acabó. Mis padres me había comprado algo de ropa hacía unos días.

Ayer mi madre me pidió que le comprara masa hojaldrada, me dije ¡qué bien! Por fin voy a tener una tartita para soplar las velas mientras me cantan el cumpleaños feliz, aunque sea al día siguiente y sin Papá (está trabajando). Ya que a mis tíos, primas y demás familia siempre les hace una tarta de galleta y chocolate por sus santos y cumpleaños. Pero la utilizó para hacer una empanada de lomo que puso de aperitivo.

No puedo quejarme, tengo un marido maravilloso que trabaja mucho para que yo no tenga que hacerlo y pueda criar a nuestro hijo. Tenemos nuestra propia casa. Y podemos salir de noche una vez cada dos meses dejando a Peque con mis padres. No tenemos carencia de nada.

Ayer, fue mi cumpleaños. Ha sido un día triste, no me he sentido especial. La familia se ha desvinculado cuando la abuela se fue. No tengo amig@s. Y no ha sido nada especial, sólo una excusa para salir en pareja.

Aunque debo confesar que mi mejor regalo me llama "Mamá".
Sin duda, los hijos son nuestra razón de vivir.