-Madre: Hace de ti lo que quiere. -Se jacta
-Yo: Pero si un día no le apetece dormir la siesta sino jugar, ¿qué quieres que haga? -Digo desesperada por sus comentarios que son cada día lo mismos.
-M: ¡Tienes que dominarlo! -Me ordena.
-Yo: No estoy de acuerdo, no es un perro. Tampoco voy a fustigarlo. -Digo ofendida.- Es una persona. Si no quiere dormir la siesta pues se va más temprano a dormir por la noche. Y ¡listo!
-M: Bueno, tú haz lo que quieras. -Me responde con sorna.
Y SI LLORA QUE LLORE, QUE ASÍ, ENSANCHA LOS PULMONES ¿A quién no le han dicho el latiguillo "así ensancha los pulmones"? Pues señores, a mí no me da la gana de dejar llorar a mi bebé. Por supuesto no es fácil pero no imposible.
Yo soy de las tuyas. Creo que el sueño y el hambre son dos necesidades que se tienen o no. Obligar a tenerlas es inútil y muy pero que muy frustante.
ResponderEliminarUn beso
Tanto para el adulto como para el bebé, sin duda.
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